Áridos desiertos arrastraban la villa de extremadura, ningún especimen viviente se forjaba por aquellos lugares.
Pero el cielo cada año se poblaba, de ciertas aves vagabundas de vuelta a la tierra esperada.
Todas ellas llevaban provisiones encerradas en sus picos, para que el invierno no los pillase desprevenidos.
Pero una de ellas, la mas torpe quizás, dejó una de las suyas, por su pico resvalar, se enterró en la arena, caliente , y sin vida, pero todo aquello cambíaría enseguida.
Aquella noche, la tormenta fué torrencial, las gotas atropellaron toda aquella arena sin más.
Y la pequeña semilla germinó, dando asi vida , a un gran señor.
Era el quinto pino. Alto y robusto. Fuertes ramas, fuerte tronco, y un corazón que latía muy hondo.
Aquel gran pino, estaba anonadado, pues no había nunca esto imaginado.
Soledad máxima, nadie por allí, tan solo se sentía, que no sabía ni reir.
Más el destino una vez más actuó, y al año siguiente algo mágico ocurrió. Otra ave atolondrada, esta vez más madurada, dejó de nuevo escapar una de las semillas, que esta vez, generaría maravilas.
La nueva semilla, calló con delicadeza, haciendo al quinto pino, perder la cabeza.
De nuevo las tormentas hicieron su función, y de nuestra semilla, nació como un rayo de sol.
Bella y delicada, una rosa nació , dejando al quinto pino una esperanza de amor.
Amigos se hicieron , pues juntos siempre vivieron, y hasta tal punto se trataron, que por fín, se enamoraron.
La más bella de las historias , de aquí se generó, pues se amaron más que nadie, más que tu y que yo.
Gracias a tal amor, nació la vida, fuentes de agua, selva , y hormigas.
Vida, vida, y más vida. Toda una selva se formó.
Pero al cabo de los años, la suerte les abandonó, mandando a tales tierras, a un hombre amenazador.
Se fué abriendo paso entre la maleza, y no pudo contenerse al encontrarse tal belleza.
Con cuchillo en mano, a la rosa podó, dejando al quinto pino, casi sin corazón.
Viendo como se alejaba, sin poder hacer nada.
Sufrió día y noche, hasta que juró, que no descansaría, hasta encontrar a su amor.
Y así, visto y no visto, la vuelta se dió , con las raices hacia el cielo , y hacia bajo sus ramas y pasión.
Bajo tierra buscaría, a la rosa, su amada, por todo el mundo si así necesitaba.
Y no moriría, no descansaría jamás, hasta encontrar a su rosa y volverla a amar.
Pero el cielo cada año se poblaba, de ciertas aves vagabundas de vuelta a la tierra esperada.
Todas ellas llevaban provisiones encerradas en sus picos, para que el invierno no los pillase desprevenidos.
Pero una de ellas, la mas torpe quizás, dejó una de las suyas, por su pico resvalar, se enterró en la arena, caliente , y sin vida, pero todo aquello cambíaría enseguida.
Aquella noche, la tormenta fué torrencial, las gotas atropellaron toda aquella arena sin más.
Y la pequeña semilla germinó, dando asi vida , a un gran señor.
Era el quinto pino. Alto y robusto. Fuertes ramas, fuerte tronco, y un corazón que latía muy hondo.
Aquel gran pino, estaba anonadado, pues no había nunca esto imaginado.
Soledad máxima, nadie por allí, tan solo se sentía, que no sabía ni reir.
Más el destino una vez más actuó, y al año siguiente algo mágico ocurrió. Otra ave atolondrada, esta vez más madurada, dejó de nuevo escapar una de las semillas, que esta vez, generaría maravilas.
La nueva semilla, calló con delicadeza, haciendo al quinto pino, perder la cabeza.
De nuevo las tormentas hicieron su función, y de nuestra semilla, nació como un rayo de sol.
Bella y delicada, una rosa nació , dejando al quinto pino una esperanza de amor.
Amigos se hicieron , pues juntos siempre vivieron, y hasta tal punto se trataron, que por fín, se enamoraron.
La más bella de las historias , de aquí se generó, pues se amaron más que nadie, más que tu y que yo.
Gracias a tal amor, nació la vida, fuentes de agua, selva , y hormigas.
Vida, vida, y más vida. Toda una selva se formó.
Pero al cabo de los años, la suerte les abandonó, mandando a tales tierras, a un hombre amenazador.
Se fué abriendo paso entre la maleza, y no pudo contenerse al encontrarse tal belleza.
Con cuchillo en mano, a la rosa podó, dejando al quinto pino, casi sin corazón.
Viendo como se alejaba, sin poder hacer nada.
Sufrió día y noche, hasta que juró, que no descansaría, hasta encontrar a su amor.
Y así, visto y no visto, la vuelta se dió , con las raices hacia el cielo , y hacia bajo sus ramas y pasión.
Bajo tierra buscaría, a la rosa, su amada, por todo el mundo si así necesitaba.
Y no moriría, no descansaría jamás, hasta encontrar a su rosa y volverla a amar.
Dioooooooooooooooooooooos, Tuli, es perfectamente perfecto *-*
ResponderEliminarTulia y sus poesías.
El quinto pino y su historia.
Jué, que buena combinación no? ^^
Increíble de verdad.
Que bien me viene a mi recordar estas cosas; ya estoy feliz para el resto del día.
Un beso muy fuerte:)
tetetetetelove^^
Diooooos Tulia es precioso *OOOOO*
ResponderEliminarNo podia ser mas perfecto, que recuerdos...
Todos buenos y perfectos tambien :)