Y ahí estábamos nosotras, una Punky con pantalones y botas con cordones de color, y una chica con pantalones cortos y gorro gris.
¿La sala? Una habitación que parecía pertenecer a una señora mayor, con una mesa camilla con faldas y con su brasero, en las paredes, una orla de una universidad, muchas flores y algún que otro cuadro. La tele estaba apagada, mientras nosotras con un mini amplificador escuchabamos musica desde mi i-pod.
Entonces entró él, otro punky mayor, de unos 20 años, con un recelo impresionante al 90% de la humanidad.
Encendió su portatil, y se puso a jugar a los monstruos.
A las pocas horas, llegaron el resto de la cuadrilla , desentonando aquella habitación .
Todos nos sentamos al rededor del brasero , mientras el mayor, hacía la cena.
Uno de ellos trajo vasos de hello kitty, para hacerlo aún más absurdo.
Y todos nosotros comimos patatas fritas de un mismo plato, cual chicos de feria.
- Tan absurdo era, que hasta parece sacado de película.
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Los unicornios dijeron