Rabia e impotencia.
Sentimientos desagradables , Sí. Tal vez demasiado.
A veces, nos los produce una situación o un momento.
O quizás nosotros mismos.
Claro qué, solemos ignorarlo, y evitar decir, -me equivoqué.
Impotencia absoluta ante el error, errores que nos cuestan lo que queremos, o perder algo que aún ni siquiera teníamos.
Pero claro, la rabía llega a la calma, es cual composición armónica, que de una dominante, desemboca en la tónica, es lo que nuestro oido espera oir.
Dominante, tónica.
Furia,Calma.
El momento de calma después de la fustración, nos hace elevarnos a un nivel, que poca gente consigue , somos inexistentes para el mundo, estamos bloqueados por una cúpula, de parálisis.
De fascinación.
Me encanta observar a las personas fustradas.
Me encanta observar a las personas en estado de embriagadez cuando salen de la fustración.
Es, una combinación espeluznante.
Pero diferente.
Por lo tanto, tanto la furia como la calma, que la continúa, se transmiten an la belleza del movimiento.
Furía
embriagadez.
¿belleza armónica?
Sí, tal vez.
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