Alguna vez, volveremos a ser como eramos en un principio.
En la infancia , temerarios sin prejuicios, ¡hay quien fuera así otra vez!
Sin nada que ocultar y así de gritarlo a los cuatro vientos.
Como desgarra un corazón mudo.
Quien pudiese contemplar las palabras y los sentimientos fluir sin temor al dolor, y al resentimiento.
Me gustaría poder hacerlo, pero la vida nos ha enseñado que por desgracia la valentía no suele estar en el gen humano, que a medida que crecemos el poder de hablar se va escondiendo en lo más recóndito de nuestra mente.
Nos pasamos mil horas pensando en como decir algo, pero cuando llega el momento y aunque todo esté calculado a la perfección nos volvemos atrás, excusándonos en la vergüenza y el pavor.
Yo quisiera ser valiente, que es distinto a que pueda hacerlo
sábado, 12 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
El placer del saber.
Antes me parecía que el estudiar era un fastidio, que era tan aburrido y que a la mínima quisiera dejarlo, digo antes que quiero decir hace un par de meses.
Pero todo comenzó en las bibliotecas, el inicio de mi conocimiento entre personas desconocidas.
El estudiar allí se me hizo más llevadero más ... práctico.
Y empecé a encontrar placer en saber cosas, miraba a la otra gente concentrada, y me sentía en órbita.
Además, no es solo por el placer, también nos viene bien con motivos académicos y demás.
Pero eso es otra historia.
Antes para mí la historia de España , Francia, o Alemania, me traía sin cuidado, me importaba poco, o nada. Pero ahora que me integro en esta sociedad inteligente, descubro el por qué de las personas que se dedican solo a estudiar eso. El por qué de cada minuto gastado en estas cuatro paredes.
Porque el descubrir, porque el pasado , hace que la mente se estremezca de placer.
Y como dijo el hombre viento; Eso , ni es azar ni es cuestión de suerte.
Pues, cada uno decide como ponerse a estudiar, cada uno decide si abrir o no ese libro, cada uno decide su punto de vista.
Yo he encontrado el placer ligado al saber, ahora , os toca a vosotros contarme vuestro placer.
Lo que no quiere decir, que sea único los placeres por fortuna abundan en esta vida.
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